ESCENA I
NARRADOR.- Nuestros
personajes se encuentran en distintas zonas del instituto y reciben un
whatsapp.
Alvaro.-
chvls ns vms nl cls d mtmts.
ESCENA II
AULA DE MATEMÁTICASAlba (llega con Pedro).- Hola Alvaro.
Alba.- ¿Hay
movida?
Alvaro.-
Hola. Más que movida. Vais a flipar.
Pedro.-
Cuenta.
Alvaro.-
Cuando estemos todos.
Alba.- Pero…
¿de qué va?
Llega Sonia
(irónica).- He tenido que estudiar Hebreo y Griego para descifrar el whatsapp.
Espero que merezca la pena.
Alvaro.- Yo
también me alegro mucho de verte.
Llega
Javier.- Hola chicos. No me digáis que me tenéis preparada una fiesta sorpresa.
Pedro.- En
tal caso la fiesta sería para mí, que cumplo….
Alvaro (expone): Quiero proponeros algo; Estos son los últimos días de clase del que
será quizás el último año que
estudiaremos juntos, quiero proponeros una experiencia para la que podemos
aprovechar el viaje de fin de curso.
Consistiría en viajar a algún
lugar deshabitado, apartado de la civilización y sin los medios materiales y
domésticos a los que estamos acostumbrados.
Javier.-
Para eso hace falta dinero… al menos para despegar.
Alvaro.- Eso
no va a ser problema, yo llevo ahorrando mucho tiempo para llevar a cabo este
proyecto.
Sonia.- No
creo que mis padres estén muy de acuerdo.
Alvaro.-
También he pensado en ello. Le diremos
que es un proyecto de trabajo, un experimento para subir nota en la asignatura
de sociales.
Pedro.- No
seré yo el que ponga pegas, llevo mucho tiempo soñando con poder realizar algo
así. Podéis contar conmigo. ¿Y tú que
dices Alba?
Alba.- Tú ya sabes que no te dejo ir sin mí a
ninguna parte. (Dijo con segundas intenciones).
Alvaro.-
Entonces no se hable más sobre las posibilidades, ahora vamos a darle cuerpo al
proyecto y a ultimar los preparativos.
Sonia.- Yo
no voy a ningún sitio sin el secador.
Pedro
(burlón).- Cuidado dónde lo enchufas.
(Pasan un rato preparando y aportando ideas).
(Pasan un rato preparando y aportando ideas).
ESCENA III
NARRADOR.- Se quedaron hablando sobre el tema
el resto de la tarde, pues había muchas cosas que concretar y poco tiempo para
preparar la partida.
Alba.-
Chicos. Me tengo que marchar. Ya sabéis que mis padres me dejan ir donde sea,
pero antes de las 10 en casa. ¿Me acompañas Pedro?
Pedro.- Sí.
De todos modos el proyecto ya tiene forma y solo quedan algunos preparativos
¿no?
Sonia
(irónica).- Claro. Si no quién le iba a dar las buenas noches a la princesita.
Javier.- Sonia no te celes, a ti aún te quedan 2 príncipes.
Alba.-
Bueno, de todos modos que lo paséis bien. Y tú ya me contarás “
prin-ce-si-ta” (Se marchan)
(Alvaro,
Javier y Sonia en pie. Todos en tono muy burlón):
Javier.- Vos
primero infanta.
Sonia.-
¡Oh!, no, después de vos, alteza.
Alvaro.-Hemos
de retirarnos a nuestros aposentos, así que ruego a vuestras mercedes que nos
dispenséis.
Sonia.- ¿Y
no contareis un cuento de hadas a vuestra infanta esta noche?
Javier.- Su
majestad y vuestra merced no habéis de preocuparos. El príncipe sabrá dar nobles soluciones a
vuestras aflicciones.
(Se
marchan.)
ESCENA IV
AL PIE DE LA AVIONETA
NARRADOR.- Era evidente que no iban a contar
con el beneplácito de sus progenitores por lo que se lo plantearon como una
excursión escolar que solo duraría unos pocos días.
Unos días
después se reunieron en el aeródromo donde el padre de Alejandro tenía una avioneta de la que solía disponer
para sus viajes de negocios. Alejandro
no poseía el carnet de piloto, pero si había estado dando clases y había volado
varias veces ejerciendo de piloto con su padre.
Estaban
todos ellos con el corazón en un puño y en ellos se mezclaban los sentimientos
de ilusión por la aventura y miedo por las posibles consecuencias de su
acción.
Alvaro,
Whatsapp.- Nos vemos mañana a las 14
Hrs. A.m. en la nave de mi casa de campo.
(Sonia, Alba,
Pedro y Javier llegan en un coche que saluda con el claxon).- bip bip
Alvaro.- Es
la hora de emprender nuestro vuelo, subid al aparato y acomodaos.
Sonia.- Un
momento, no sé si he echado el acondicionador de pelo.
Javier.- No
es hora de dudar, el que esté vacilando sobre la decisión que se quede en
tierra, pero desde luego no seré yo.
ESCENA V
EN LA AVIONETA
Sonia.-
Pues me siento al lado del piloto, porque
atrás me mareo.
Alba.- Pues
entonces a mí no me queda más que sentarme entre Pedro y Javier para sentirme
protegida.
Javier.- Yo
me voy a echar una siesta, así que me avisas cuando haya algo de que protegerte.
Pedro.-
¿Este aparato tiene airbag o paracaídas o libro de oraciones?
Sonia.-
Déjate de tonterías. Como sigas por ahí
me quedo en tierra.
Alvaro.-
Podéis estar tranquilos. Vamos bien equipados.
Os sugiero que os relajéis, os pongáis música con auriculares. Este aparato genera mucho ruido.
Alba.- Estoy
deseando llegar, tumbarme en la arena blanca y cálida de la playa mientras un
fuerte joven me da un masaje con aceites balsámicos a la sombra de una
palmera…. (en tono soñador)
Sonia.- Esta
niña se ha equivocado de vuelo.
Javier.- O
de agencia de viajes.
Pedro.- El
zumo de frutas tropicales con sombrillita te lo sirvo yo.
Alba.- Di que sí mi rey. Estos son unos aguafiestas que no tienen imaginación ninguna.
Javier.-
Bueno. Lo dicho. Que ya entramos en mar abierto y el paisaje es muy monótono y
aburrido.
Sonia.-
Oooooh! Silencio. Que su Alteza tiene que descansar. (burlándose de Javier).
ESCENA VI
NARRADOR.- Habían pasado varias horas y estaban sobrevolando mar abierto, cuando…
Alba.- ¿Es
normal que el motor del ala izquierda no eche humo y el derecho si?
Alvaro.- No,
claro que no es normal, hace rato que noto que pierde potencia y ha bajado la
presión del aceite.
NARRADOR.- No había terminado la frase cuando
se produjo una fuerte explosión que tambaleo al aparato y conmocionó a sus
tripulantes. La histeria se apoderó de Sonia y de Alba, mientras que Pedro palideció y era incapaz de articular palabra.
El avión empezó a perder altura a gran velocidad.
Sonia.-
¡Aaaaaaaahhhhh! ¡Aaaaaaaahhhhh! ¡Aaaaaaaahhhhh! (con pánico)
Alba.-
Alvarooo. Haz algo. Pedro… Tengo miedo abrázameeee. (con voz temblorosa)
Javier.-
¡Mierda! ¿Sabes hacer un amerizaje?
Alvaro.- No
lo he intentado nunca pero me dijeron que es más fácil que sobre tierra… cuando
se trata de un hidroavión claro.
Sonia.-
¡vamos a morir! (asustada)
Javier.-
Aquí no va a morir nadie, en cualquier caso tan sólo yo le partiré la crisma a Álvaro (calmando a Sonia).
Alvaro.-
¡Agárrense!
ESCENA VII
NARRADOR.- La avioneta al tocar agua hundió las
patas de las ruedas en el agua y frenó casi en seco volcando hacia adelante en
una pirueta que la dejó panza arriba.
Todos y en
desorden.- Chillidos, quejidos, llantos y gritos de socorro.
Javier.-
¿Estáis todos bien?
Alba.- No. Pedro parece que está muerto. Está
sangrando por la cabeza (casi llorando)
Alvaro.- No
está muerto, si fuera así no sangraría de ese modo. Alba, tapónale la herida mientras yo y Javier
preparamos la barca autohinchable.
Alba.-
Javier, Sonia se ha quedado inmóvil, parece un ataque de histeria, ni siquiera
se ha quitado el cinturón y está colgando de su asiento.
Javier
(zamarreando a Sonia).- Responde princesa, que esta corte queda sombría sin tu
presencia. Vamos, que tenemos que sacar
a Pedro hasta la barca como sea.
Alba.- Vamos
cariño, que ya estamos a salvo.
Alvaro.- Hay
que darse prisa, la avioneta está empezando a hundirse.
ESCENA VIII
EN LA BARCA
NARRADOR.- En pocos segundos entre Javier y
Alvaro pasaron a la barca a Pedro y Alba lo hizo como pudo. Faltaba Sonia,que se había quedado en la
avioneta presa de un ataque de pánico.
Mientras la avioneta se hundía, Javier volvió a pasar dentro de la
cabina y forzó a Sonia a salir de allí para ponerla a salvo
Javier.-
Hagámosle sitio a Pedro que aún está semiinconsciente.
Sonia.- Esta
anocheciendo, pronto no tendremos nada de luz.
Alvaro.- No
te preocupes, tampoco nos vamos a perder gran cosa.
Alba.- Cómo
nos encontrarán sin una señal luminosa.
Alvaro.- La
balsa dispone de un par de bengalas.
Alba.- Pedro
aún sangra, tenemos que hacer algo.
Javier.-
Aquí no hay cobertura del 112, así que arráncale un trozo de camiseta y
tapónale hasta que deje de sangrar.
Alvaro.-
Estamos todos asustados deberíamos tranquilizarnos, ahorrar fuerzas y
descansar a espera de nuevas circunstancias.
Sonia.-
¿Nuevas circunstancias?
Alvaro.- Sí.
El avión tiene GPS y no tardarán en
encontrarnos.
Sonia.- Es
mentira solo quieres darnos falsas esperanzas. ¡Vamos a morir!
Javier.- Sea
como sea, si alguien tiene alguna idea mejor que no se la calle.
Pedro
(Empieza a despertar).- Dadme un poco de
agua.
Alba.- No
tenemos agua cielo, pero pronto nos rescatarán.
(Se miran
unos a otros)
Javier.-
Claro. Yo estoy deseando darme una ducha caliente.
ESCENA IX
El primero
en despertarse fue Pedro aunque con un gran dolor de cabeza, aturdido e
intentado asimilar la situación a la que no se acuerda como había llegado. Sus ojos cambiaron cuando con los primeros
rayos del alba, logró divisar entre la niebla algo que podría ser tierra
firme. Emulando a Rodrigo de Triana
estiró el cuello y gritó “Tierra a la vista”.
Todos sus compañeros despertaron casi al unísono aunque con los ojos
engurruñados, la adrenalina se apoderó de ellos y empezaron a remar con las
manos y a gritar, exclamar, reír y llorar “Rema” ,”Tierra”, ”Dios mío”, todo
ello sumaba un cóctel de importantes sensaciones.
Pedro.- ¡La
ostia! Qué dolor de cabeza.
(Abriendo los ojos y exaltado) ¡Tierra a la vista!
(Abriendo los ojos y exaltado) ¡Tierra a la vista!
Alba.-
¿Cómo?!Tierra!
Sonia.-
¡Dios mío vamos tenemos que llegar!
Javier.-
Vamos a remar con las manos, no está muy
lejos.
Alvaro.- No hace falta que reméis, el viento ya nos
arrastra hacia la orilla. En poco pisaremos tierra firme.
Alba.- Dios
mío, estamos salvados.
Javier.-
Claro. Y aparecerá tu príncipe azul y te iras con él en su caballo blanco.
ESCENA X
EN LA PLAYA
NARRADOR.- En cuanto pisaron la arena de la
playa se dieron cuenta de la nueva y cruda realidad. Empezaron a vagar como ausentes, como buscando algo que ahí no
existía. Ahora debían asumir el reto de
sobrevivir en la isla, pero el panorama era muy diferente al que ellos habían
previsto, todo el equipaje se había hundido con la avioneta: nada de víveres,
ni utensilios, ni tiendas, solo contaban con un bote hinchable y las dos bengalas
que este portaba. Ante ellos, la
dificultad de subsistir a partir de nada.
¿Acaso no era ese el “Proyecto” que se habían propuesto?
Alvaro.-
Hemos llegado, vamos a inspeccionar los alrededores de la playa a ver que
recursos encontramos.
Javier.- Yo
iré con Pedro y Alba por el levante y tú con Sonia por poniente.
Alba.- Lo
que tenemos que hacer es buscar la forma de salir de aquí.
Javier.-
¿Acaso no era esto lo que estábamos buscando?
Pedro.- Una
cosa es lo que habíamos planeado, pero esto no tiene nada que ver, ni el
destino ni las circunstancias y sobre todo las previsiones.
Sonia.-
Claro que no. Nos ha ocurrido un
accidente en el que podríamos haber muerto.
Javier.- No
seré yo el que ponga impedimentos para salir de aquí, por el contrario
colaboraré todo lo posible, pero mientras permanezcamos aquí, habrá que vivir
de acuerdo a las circunstancias que tenemos.
Alvaro.-
Todos sabíamos que estábamos tomando una decisión peligrosa y es evidente que
todo nos ha salido mal y hemos de pagar las consecuencias. Pero en cuanto a salir de aquí espero que no
tarden mucho en encontrarnos, puesto que la avioneta llevaba GPS y no habrán
tardado nada en darse cuenta de nuestra maniobra, ni en descubrir dónde se ha
hundido en el mar. No debemos estar muy apartados del lugar.
Sonia.-
Espero que no tarden mucho. Ahora echo de menos hasta mi cepillo de dientes.
ESCENA XII
Se separan en dos grupos. Pasados 5 minutos...
Alba.- Mira
Pedro. Aquí hay un hueco en la roca podría servirnos de refugio.
Pedro.- Ya
lo creo que sí. Además a unos metros hay varios árboles que parecen haber sido
arrancados por alguna tempestad y podríamos usarlos como leña y para cerrar la
cueva a modo de cabaña.
Javier.- Ya
solo falta que aparezca Dios y nos prepare el almuerzo.
ESCENA XIII
Alvaro
(llega por las espaldas de Javier).- No
hará falta Dios. Hemos encontrado un
arroyo de agua dulce que a los alrededores tiene numerosos árboles frutales.
Sonia.- Aquí
traemos muestra de ello. (Mostrando una cesta improvisada con hojas y llena de
frutas). ¿A quién le apetece un maracuyá o como demonios se llame esto?
Alba.- Al
menos tienen pinta de estar frescos y jugosos.
Pedro.- Me
apunto a intentar echar algo en el estómago antes de nada.
Javier.- No
tenemos que olvidar que debemos construir un refugio antes de que llegue la
noche.
Sonia.- Eso
les tocará a los chicos. Alba y yo hemos de asearnos y arreglarnos como nos
corresponde por ser damas.
Alvaro.-
Evidentemente estas circunstancias nos han puesto de mejor humor. Esperemos que
se hayan acabado las desgracias.
Pedro.-
Bueno pues busquemos un sitio donde comer algo a la sombra, que a mí aún me
duele la cabeza.
Javier.-
(Ofreciendo su brazo a Sonia).- Mademoiselle
Sonia.-
(Aceptando).- Vaya, he dejado de ser princesa para ser señorita. (riéndose)
NARRADOR.- La isla fue generosa con ellos, les
brindó abundantes frutos silvestres tropicales, agua dulce, cobijo y hasta
lecho para dormir. El primer día
transcurrió bien, tuvieron tiempo de descansar y hasta de divertirse dándose un
baño.
ESCENA XIV
EN LA CABAÑA DE LA PLAYA.
NARRADOR.- Siguieron hablando y sobre todo
planificando como iban a pasar el resto del tiempo que les quedara allí. Querían organizarse un poco para las
necesidades que les pudiesen ir surgiendo: alimentación, descanso, aseo o
riesgos del medio.
Pero Alvaro
había acertado plenamente en sus predicciones y en el continente ya se habían
percatado de la maniobra de los muchachos y se estaban preparando para salir en
su rescate. No pasarían muchas horas
para que, una vez calculadas las coordenadas donde se hallaba hundida la
avioneta, los vientos y las corrientes marinas de la zona, partiese una misión en dos helicópteros de
protección civil en los que también viajaba uno de los padres de cada uno de
los muchachos.
Mientras, en
la isla el día había transcurrido y habían preparado una tienda con algunos
troncos y ramas de palmeras, también habían mejorado los camastros a base de
follaje y cubriéndolo con amplias hojas verdes, incluso habían hecho un fuego
utilizando para ello una de las bengalas.
La vida en plena naturaleza da mucho cansancio por lo que nada más
oscurecer se dispusieron a descansar.
Alba.-
Pedro. Acércate a mí, tengo frío, rodéame con tus brazos.
Javier.-
Acaso insinúas que la fogata que he hecho no sirve para nada. (con ironía)
Sonia.- Anda
Javi. No te pongas celoso, yo también necesito unos brazos que me den cobijo y
seguridad.
Alvaro.- Si
estorbo me lo decís y me voy a dormir al bote.
Alba.- Aquí
no estorba nadie ni nadie va a hacer nada que no sea dormir y descansar y como a
alguien se le ocurra roncar ya me encargaré yo de echarlo de la isla.
Sonia.- Y el
que menos estorba eres tú… La verdad es que la vida dependiente de la
naturaleza resulta agotadora. Espero que
descansemos y que mañana hayamos
despertado de esta pesadilla.
Alba.-
Sonia. Sin ofender. Pero mira que eres pija. A propósito ¿Te has cepillado los
dientes?(burlona)
Javier.-
Bueno chicas tengamos la fiesta en paz, que aquí navegamos todos en la misma
barca (calmando los humos)
Pedro.- Yo
me apunto. Agradecería que os pusieseis
a dormir. Aún me duele la cabeza.
ESCENA XV
NARRADOR.- No habrían pasado un par de horas
desde que se habían acostado cuando a Javier lo despertó algo parecido a
gemidos o pequeños quejidos que provenían de la zona donde estaban descansando
Pedro y Alba; al principio no puedo evitar pensar….Y no se atrevió a moverse,
pero la curiosidad fue más fuerte y alzo un poco la cabeza para observar. Lo que vio fue muy diferente a lo que
imaginaba, se trataba de una gran boa constrictora que se había enrollado al
cuello y al tórax de Alba y la estaba asfixiando.
Javier.-
¡Albaaaaaa.!
Sonia.-
AHHHHH! Socorrooooo!
NARRADOR.- Se levantó en dirección a los restos
de la fogata donde cogió uno de los troncos que aún estaban ardiendo y yéndose
para Alba, no dudó en acercarlo al cuerpo de la inmensa boa, que al sentir el
calor se contrajo mucho más pero inmediatamente cesó la acción y se alejó
del lugar.
ESCENA XVI
Alvaro.-
Pedro, a Alba le cuesta trabajo respirar, vamos a intentar reanimarla.
Javier.-Sonia. Sonia. Reacciona.(reanimándola) Ya ha pasado el peligro y se ha alejado
la serpiente.
NARRADOR.- Todo había ocurrido en muy pocos
segundos,Sonia conmocionada con un ataque de pánico parecía que quería gritar
pero no le salía ni un hilo de voz. Pedro parecía ayudar a respirar a Alba abriéndole las vías respiratorias
e insuflando aire en sus pulmones.
Javier con el tronco en mano a modo de antorcha, echaba un vistazo por
alrededor para verificar que se había alejado el peligro y Alvaro intentaba
hacer reaccionar a Sonia con pequeñas bofetadas como caricias mientras no
perdía de vista las maniobras de Pedro.
Pasaron varios minutos para que todo volviera a la seminormalidad, ahora
los que nos estaban llorando a lágrima viva, estaban al menos con el llanto en
los ojos. Se consolaban unos a otros y
se abrazaban, habían pasado unas situaciones muy estresantes y necesitaban
desahogarse. Además en sus caras se reflejaba la desesperación y que comenzaban
a dudar de sus posibilidades.
ESCENA XVII
No habían
salido aun de este estado cuando en el silencio de la noche se dejó oír el
poderoso rugir de las hélices de los helicópteros que acudían a su rescate.
Sonia
(Histérica).- No puedo. No debí engañar a mis padres y haceros caso. Estáis
todos locos. Quiero irme de aquí. No
aguanto más…. Escucháis eso, es que nadie más escucha eso.
Javier.-
Tranquilízate. Nadie más escucha
nada. Qué es lo que estas escuchando.
Alvaro (en
voz baja).- No ha aguantado la presión, la cabeza le está jugando una mala pasada.
Sonia.- ¡Que
no estoy loca! ¿Es que nadie más escucha ese ruido como de helicópteros?
Pedro.- Sí yo también lo oigo.
Alvaro.- Vienen a rescatarnos. Al fin han dado con nosotros. Lo siento, Sonia.
Alba
(Tose).- Estamos salvados. (Tose) Por fin salvados. (Tose)
Pedro.-
Alba. Respiras. Respiras. Respiras.
Alvaro.-
Javier. Coge la bengala que nos queda y hagamos señales desde la playa. Chicos…
rápido tenemos que intentar ser vistos.
Si pasan sin vernos pueden darnos por perdidos. Corred.
ESCENA XVIII
NARRADOR.- Inmediatamente Alvaro se apresuró a
encender la bengala que aun conservaban y comenzó a agitarle dibujando una
media luna desde la orilla de la playa. Los muchachos pasaron en un segundo de
la desesperación al regocijo y la ilusión del que ve un espectáculo
maravilloso, acompañados de gritos, saltos y risas nerviosas. Fue cuestión de
segundos que los tripulantes de los helicópteros se alertaran de la señal y se
acercaran a la gran explanada de la arena de la playa para tomar tierra.
Todos.-
Aquí. Estamos aquí. Socorro. (Repetidas veces)
ESCENA XIX
NARRADOR.- Fue cuestión de segundos que los tripulantes de los helicópteros se alertaran de la señal y se acercaran a la gran explanada de la arena de la playa para tomar tierra. Los muchachos pasaron en un segundo de la desesperación al regocijo y la ilusión del que ve un espectáculo maravilloso, acompañados de gritos, saltos y risas nerviosas
Todos.-
Mama.- Te quiero.- Qué habéis hecho.- Lo siento.- Pensé que no te vería mas.-
Quiero irme de aquí.- Hijo mío.-
ESCENA XX
NARRADOR.- El resto de la operación rescate
transcurrió como podréis imaginar: abrazos, lagrimas, llantos, miradas, las
pocas palabras que se pronunciaban salían de las bocas de los miembros de
protección civil que se limitaban a dar instrucciones y organizar la vuelta.
ESCENA XXI
NARRADOR.- A la vuelta de la aventura
transcurrieron unos días algo turbulentos en cuanto al ánimo de nuestros
excursionistas y de sus familiares, así como el ajuste de responsabilidades,
pero aunque ese era el mundo de siempre, nada volvió a ser lo mismo.
Sus amigos y conocidos, unos los miraban con admiración de la proeza, otros con recelo o envidia; la mayoría de sus familiares los trataban con respeto porque no sabían de lo que serían capaces de llegar a hacer. Ellos mismos habían cambiado. Una experiencia de ese calibre no deja a nadie indiferente; se veían más maduros y capaces de afrontar sus responsabilidades y asumir las circunstancias que a cada uno rodeaba en su vida.
Sus amigos y conocidos, unos los miraban con admiración de la proeza, otros con recelo o envidia; la mayoría de sus familiares los trataban con respeto porque no sabían de lo que serían capaces de llegar a hacer. Ellos mismos habían cambiado. Una experiencia de ese calibre no deja a nadie indiferente; se veían más maduros y capaces de afrontar sus responsabilidades y asumir las circunstancias que a cada uno rodeaba en su vida.
ESCENA XXII
Alvaro fue a la universidad y comenzó a compartir con su padre los mundos de los negocios.
Pedro, Alba
y Sonia también fueron a la universidad. Pedro y Alba siguieron saliendo
juntos, aunque tenían pequeñas discusiones y se dieron cuenta de que lo
primero eran los estudios. Sonia terminó
la universidad y se puso a trabajar en la moda junto a su ahora pareja, Alvaro.
Entonces maduró y trabajo duramente hasta convertirse en una gran diseñadora de
moda. Juntos lograron grandes cosas.
Javier se
enroló en una misión humanitaria en el tercer mundo para así poder satisfacer
plenamente sus necesidades de aventura, afecto y sentirse realizado.
Enhorabuena por tu trabajo.
ResponderEliminarAnoto algunas impresiones que pueden ayudar:
1) El papel del narrador puede no ser necesario. Quizá pueda convertirse en simples acotaciones.
2) La obra de teatro podría tener un desenlace mucho más directo y simple que la narración. Basta con prescindir de las últimas tres escenas.
Si prefieres conservarlas, tendrías que desarrollarlas en forma de diálogos. Pero estarías creando un tercer acto, sin tensión dramática.
Como veremos en la siguiente etapa del Taller, un guion audiovisual permite resumir muchos acontecimientos (una secuencia) por medio de planos cortos en distintos momentos temporales. Pero esto es teatro.